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Duelos y perdidas 2019-05-22T08:47:44+00:00

Duelo y Pérdidas

El duelo es una experiencia en que la persona sufre por pensamientos, sentimientos y actividades que vivimos cuando nos enfrentamos a una pérdida importante.

A lo largo de nuestra vida se van produciendo diversas pérdidas que tenemos que afrontar, aunque no todas las experimentamos de la misma manera ni interfieren en la vida cotidiana del mismo modo.

No obstante, toda pérdida (muerte de un ser querido o un animal al que tengamos afecto, pérdida de un objeto significativo, pérdida de la salud, pérdida de un amor o amistad, de un proyecto muy deseado, de un buen trabajo, etc) implica transitar por un proceso de duelo, así pues, el duelo es algo por el que pasamos todos y que, además, es necesario para encontrar un nuevo equilibrio y seguir viviendo.

El duelo es una experiencia donde la persona sufre por pensamientos, sentimientos y actividades que vivimos cuando nos enfrentamos a una pérdida importante.

 

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Cuando perdemos a alguien, especialmente cuando hemos tenido poco o ningún tiempo para prepararnos, o se trata de alguien todavía joven, o de una persona muy significativa o a la que aún sentimos que necesitamos, estamos furiosos, enojados, desesperados… A menudo los miembros de la familia se quedan solos, se pueden sentir abandonados por el fallecido o bien culposos por no haber conseguido evitar que muriera, llenos de amargura, de ira, o simplemente deshechos moralmente e incapaces de enfrentarse a la brutal realidad.

Los primeros días estarán muy ocupados, haciendo gestiones y atendiendo a los amigos que vendrán a verles. El vacío se siente después del entierro, cuando se han marchado todos.

Los niños tienen una idea diferente de la muerte, matizada por su edad, y esto se ha de tener en cuenta para hablar con ellos y comprender sus reacciones, que pueden ir desde la retirada silenciosa y el aislamiento, hasta el llanto a gritos que atrae la atención en un intento de sustituir a un objeto querido y necesitado. También pueden sentir un gran remordimiento y culpabilidad.

El individuo tiende a dar vueltas en su cabeza a estas cuestiones, resultándole muy difícil alcanzar una solución, tomar decisiones, llevar a cabo una actuación decisiva y vivir con relativa tranquilidad con las consecuencias.

Por el contrario, suelen darle vueltas y más vueltas a, y preocuparse con, las posibilidades negativas, los errores y equivocaciones potenciales, con/y los fracasos y dificultades reales e imaginarios. Es como si estuvieran petrificados en las primeras etapas de una solución de problemas. (Deffenbacher).

Para los adolescentes, que ya de por sí están en una época difícil, la pérdida del padre o la madre es un peso excesivo que puede producir sentimientos de culpabilidad, rabia y tristeza.

A veces, después de una pérdida pueden presentarse síntomas somáticos (Sensaciones físicas: Estómago vacío, tirantez en tórax o garganta, hipersensibilidad a los ruidos, sentido de despersonalización, sensación de ahogo, boca seca) como consecuencia de una incapacidad para sobreponerse a los sentimientos de dolor y culpa.

Se necesita un tiempo y un proceso para volver al equilibrio normal que es lo que constituye el DUELO. Los duelos mal elaborados pueden convertirse en depresiones crónicas.

Los miembros de la familia pasan por diferentes fases de adaptación, momentos en los que se requiere la realización de determinadas tareas. Al principio, muchos no pueden creer que sea verdad lo ocurrido.

Tareas del Proceso de duelo

  1.  Aceptar la realidad de la pérdida
  2.  Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida
  3.  Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente
  4.  Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo

¿Cuándo finaliza el duelo?

Termina cuando las tareas del proceso han sido finalizadas. Por lo tanto, no hay respuesta concreta. Dos años es la fecha más aceptada. El hablar de la persona desaparecida sin dolor es un indicador de que el duelo ha terminado. Hay personas que nunca completan el duelo reapareciendo la pena de vez en cuando.

Más información:

  • El duelo es una respuesta normal y natural; no sería natural la ausencia de respuesta porque o no se sentiría la pérdida o se querrían enterrar los sentimientos.
  • Es una respuesta a cualquier tipo de pérdida, no sólo a la muerte de una persona.
  • El duelo es algo personal y único y cada persona lo experimenta a su modo. Sin embargo, produce reacciones humanas comunes.
  • El duelo es una experiencia global, que afecta a la persona en su totalidad: en sus aspectos psicológicos, emotivos, mentales, sociales, físicos y espirituales.
  • El duelo es un proceso, durante el cual se atraviesan diferentes etapas.
  • El duelo es «un trabajo», que debe realizar el «doliente».
  • El duelo elaborado de manera natural, se procesa mejor con ayuda para soportar el sufrimiento.

En principio, no requiere el uso de psicofármacos para su resolución. No debe privarse a la persona de la oportunidad de experimentar un proceso que puede tener un efecto beneficioso a largo plazo y que fomenta la maduración o aceptación. Entendiendo maduración como el proceso de cicatrización que conducirá a resolver la aceptación de lo ocurrido. Que consiga, de manera consciente o inconsciente, mantener los lazos que le unían al ser querido, recordarle, seguir aprendiendo de esa persona, pero sin estar. Volver a vivir de manera sana, natural. Salir fortalecido psíquica y espiritualmente.

Tipos de duelo

El duelo tiene que ver con pérdidas, con cambios, con finales, con terminaciones. Las situaciones vitales que implican el final de algo, abundan a lo largo de nuestra vida:

  • Duelos afectivos: separaciones, abortos, divorcios, muertes.
  • Duelos sociales: cambios status, desempleo, jubilación...
  • Duelos de pérdida física: accidentes, envejecimiento,
  • enfermedades, amputaciones....
  • Duelos evolutivos: adolescencia, emancipación, menopausia...

Comportamientos o Conductas durante el duelo:

  • Hablar con el fallecido, búsqueda física, real, de la persona fallecida.
  • Buscar y llamar al fallecido.
  • Trastornos del apetito por defecto o por exceso.
  • Conductas no meditadas dañinas para la persona como conducción temeraria.
  • Retirada social, evitar a la gente, querer estar solo.
  • Suspiros, hiperactividad y llanto.
  • Distracciones, olvidos, falta de concentración.
  • Frecuentar los mismos lugares del fallecido.
  • Atesorar objetos que le pertenecían
  • No parar de hacer cosas o apatía.
  • Falta de interés por el sexo.

Cogniciones o pensamientos:

  • Incredulidad.
  • Confusión.
  • Preocupación.
  • Sensación de presencia del fallecido.
  • Sueños con el fallecido.
  • Pensamientos de conversaciones, de imágenes.

Respuestas fisiológicas

  • Hipersensibilidad al ruido.
  • Náuseas.
  • Dolor de cabeza.
  • Punzadas en estómago, pecho.
  • Fatiga.
  • Alucinaciones visuales y auditivas.
  • Falta de aire.
  • Visión borrosa.
  • Pérdida del apetito.
  • Debilidad.
  • Nudo en el estómago.
  • Insomnio.
  • Palpitaciones.

Las Fases del duelo

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Para Grollman las fases del duelo normal son de shock, sufrimiento y recuperación. Kübler-Ross describe el duelo como el paso a través de 5 fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Bowlby. Insiste en la idea de que «hay que atravesar varias etapas» antes de que el duelo sea finalmente resuelto.

Therese Rando habla de tres fases dinámicas, plásticas y variables, con fluctuaciones y características individuales, al ser la respuesta siempre personal:

  • La fase de rechazo : de shock, estupor y negación, tanto en lenguaje real como simbólico.
  • La fase de confrontación: el dolor es muy intenso, con un estado emocional muy fuerte, en el que uno se va repitiendo que el ser querido ha muerto, manifestando ira o gran tristeza contra todo y contra todos. « ¿Por qué a mí?»
  • La fase de acomodación : declina gradualmente el dolor agudo y comienza una reinserción emocional y social en el mundo cotidiano, en el que poco a poco el doliente aprende a vivir sin el fallecido.

El duelo es una reorganización de sentimientos. La mayoría de los estudiosos del duelo, coinciden en que el doliente necesita reconstruir, más que esperar que algo ocurra. De manera que el proceso probablemente consiste en experimentar las fases del duelo como en cumplir ciertas tareas.

  • Freud habla de trabajar el duelo.
  • Erich Lindemann dice que un duelo requiere energía física y emocional, ya que hay que hacer activamente cosas para una resolución positiva del mismo. A la vez, existen reacciones emotivas de tremenda intensidad que necesitan ser expresadas y aceptadas para acomodarse a la ausencia del ser querido, construirse una nueva identidad y rehacer una nueva vida en la que nunca más estará esa persona.
  • Para Wordon «los trabajos del duelo», difieren de las fases del duelo; requieren actividad por parte del doliente y son muy valiosos para el proceso.
  • Cook y Phillips acuñan la palabra «resolución del duelo» como la etapa final del mismo.
  • Theres Rando, dice que duelo y esfuerzo por salir son sinónimos, pues el acomodarse a la ausencia del ser querido y construirse una nueva identidad y un nuevo mundo, requiere del doliente trabajar duro.
  • Bob Wright cree que se conjuga la pasividad con la actividad que requiere todo proceso de duelo, al dejar emerger los sentimientos, aceptarlos, poner de relieve su valía y a la vez, confrontarlos y explorarlos.
  • Kübler Ross insiste en el duelo como proceso y como trabajo que posibilitan al doliente el salir fortalecido y enriquecido de esta experiencia.

Objetivos de orientación en el duelo

  • Aumentar la realidad de la pérdida.
  • Ayudar al doliente a expresar su afectividad.
  • Ayudar a vencer los impedimentos que evitan el reajuste después de la pérdida.
  • Estimular para decir "adiós" al fallecido y sentirse confortable en la nueva situación.

Tareas del proceso del Duelo

  • Darse permiso para sufrir o tener el dolor.
  • Sufrir pena y dolor emocional.
  • Darse tiempo para recuperarse.
  • Ser paciente.
  • No temer volverte loco.
  • Aplazar las decisiones importantes.
  • No descuidar la salud.
  • No tomar medicamentos que no sean recetados por el médico.
  • Buscar el apoyo de los otros.
  • Tener paciencia con los demás.
  • No temer divertirse, distraerse.
  • Confiar en sus propios recursos.
  • Seguir compartiendo afectos con otras personas.

 

Finalizar el duelo no es olvidar.